Un día como hoy pero de 1990, el Comité Olímpico Internacional (COI) designaba a la ciudad estadounidense de Atlanta como sede para los Juegos Olímpicos de Verano de 1996, en una polémica elección en la que le negaba a Grecia la posibilidad de organizar una edición histórica, puesto que se llevarían a cabo exactamente un siglo después de los primeros Juegos de “la Era Moderna”, los cuales tuvieron lugar en Atenas.
Aquella controvertida sesión ordinaria del COI, la número 96 realizada en Tokio (Japón) tomó carácter de histórica con el correr de los años ya que los griegos no soportaron que les hayan quitado la posibilidad de cerrar en calidad de local el primer siglo del olimpísmo, así como tampoco les fueron suficientes “las excusas” del electorado, quienes dijeron no haber estado seguros de que Atenas pudiera finalizar con todas las obras de infraestructura que se requieren, en tiempo y forma.
La nómina de ciudades que se disputarían la localía la completaban Belgrado (Yugoslavia), Manchester (Reino Unido), Melbourne (Australia) y Toronto (Canadá), aunque la etapa final del nombramiento estuvo protagonizada por Atenas y Grecia. Según el recuento de votos, la ciudad norteamericana se adueñó de la elección recién en las dos últimas etapas (consta de cinco), dado que hasta ese instante la misma venía siendo liderada por su rival directa. Una vez superada la etapa previa Atlanta se dedicó de lleno a cumplir con lo que le había prometido al COI, poner la ciudad a la altura y disposición de los acontecimientos que tenía por delante. Todas las disciplinas que componen el cronograma olímpico se realizaron dentro de su territorio, a excepción del fútbol que tuvo lugar en Florida, Alabama y Columbia. La totalidad de los Juegos se desarrollaron con normalidad y más allá de as proezas deportivas o la pelea en el medallero (liderado por los locales y escoltado por Rusia y Alemania) hubieron datos de color que quedarán registrados de por vida en la retina de los aficionados como el momento en el que el ex Campeón Mundial de Los Estados Unidos Muhammad Alí encendió el pebetero en la fiesta inaugural, el 19 de julio del ´96 en Cenntenial Olympic Stadium.
Aquella controvertida sesión ordinaria del COI, la número 96 realizada en Tokio (Japón) tomó carácter de histórica con el correr de los años ya que los griegos no soportaron que les hayan quitado la posibilidad de cerrar en calidad de local el primer siglo del olimpísmo, así como tampoco les fueron suficientes “las excusas” del electorado, quienes dijeron no haber estado seguros de que Atenas pudiera finalizar con todas las obras de infraestructura que se requieren, en tiempo y forma.
La nómina de ciudades que se disputarían la localía la completaban Belgrado (Yugoslavia), Manchester (Reino Unido), Melbourne (Australia) y Toronto (Canadá), aunque la etapa final del nombramiento estuvo protagonizada por Atenas y Grecia. Según el recuento de votos, la ciudad norteamericana se adueñó de la elección recién en las dos últimas etapas (consta de cinco), dado que hasta ese instante la misma venía siendo liderada por su rival directa. Una vez superada la etapa previa Atlanta se dedicó de lleno a cumplir con lo que le había prometido al COI, poner la ciudad a la altura y disposición de los acontecimientos que tenía por delante. Todas las disciplinas que componen el cronograma olímpico se realizaron dentro de su territorio, a excepción del fútbol que tuvo lugar en Florida, Alabama y Columbia. La totalidad de los Juegos se desarrollaron con normalidad y más allá de as proezas deportivas o la pelea en el medallero (liderado por los locales y escoltado por Rusia y Alemania) hubieron datos de color que quedarán registrados de por vida en la retina de los aficionados como el momento en el que el ex Campeón Mundial de Los Estados Unidos Muhammad Alí encendió el pebetero en la fiesta inaugural, el 19 de julio del ´96 en Cenntenial Olympic Stadium.
Sergio López
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